El efluesente de los sistemas de tratamiento previo se evácuan normalmente al sirio en una
aplicación subsuperficial o superficia. En el primer caso esto se hace a través de zanjas de infiltración, pozos filtrantes o filtros de
arena.
Zanjas de infiltración, (figura 4.3)
Estas reciben el agua pre tratada desde un registro de reparto y se distribuye a través de drenes a
una zanja de 60 a 80 cm de anchura donde se sitúa 40 cm de grava sobre la arena. El efluente en
su paso por la arena se depura mediante tratamiento aerobio y deja atrapadas de las partículas en
suspensión, infiltrando finalmente al terreno.
El agua que pasa al terreno está prácticamente exenta de sólidos en suspensión y con
reducciones de la DBO del orden del 80%.
Pozos filtrantes (Figura 4.4).
Aquí la distribución del efluente no se realiza longitudinalmente a 1 terreno, si no que se aplica en
profundidad debido a la mayor permeabilidad del terreno base, disponiéndose en una caja de 40
cm de grava en el fondo, así como de 15 cm alrededor de él.
Filtros de arena (Figura 4.5).
El planteamiento del proceso es similar al de las zanjas filtrantes, pero la aplicación se realiza
sobre lechos de arena de 60 a 90 cm de espesor que descansa sobre gravilla o grava El efluente
es recogido finalmente por el suelo permeable o mediante drenes para su vertimiento al río.
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