De manera general se puede plantear que los sistemas de disposición planteados requieren muy
poca o casi ninguna atención en su operación y mantenimiento, siempre que el tanque séptico
reciba adecuada atención periódica.
Los sistemas de infiltración subsuperficial, una vez construidos, no son conflictivos en su
operación \ mantenimiento, siempre que el efluente esté suficientemente libre de sólidos
sediméntales, grasas y aceites, por lo cual, el tiempo de vida útil de los sistemas puede ser
prolongado. Un reciente informe sobre la evaluación de algunas instalaciones de tratamiento de
disposición en el sur de Kentucky (USA) señala que cuatro sistemas de zanjas de infiltración
estaban operando satisfactoriamente al cabo de siete años de construidas y a las que no les había
dado ningún mantenimiento.
Las recomendaciones que hacen para las zanjas y lechos de infiltración se reducen a dar periodos
de recuperación prolongados (6 a 12 meses) a las superficies de infiltración para favorecer la
reducción de la capa adherida por la degradación de !a materia inorgánica. El reposo de partes del
sistema permite recuperar parte de la capacidad de absorción del suelo, para ello se ha diseñado el
área de un I SO % de la requerida, que permite tener siempre un 50 % del sistema en reposo.
En ocasiones, el sistema, de zanjas o lechos puede presentar fallos que se manifiesten por
afloramiento esporádico del agua, aunque pueda producirse la contaminación del manto freático
sin que se noten manifestaciones externas de problemas.
Las causas de fallos ocasionales de las zanjas o lechos pude deberse a la localización deficiente,
mantenimiento inadecuado del séptico, o sobrecarga hidráulica del sistema. Sin embargo, pueden
presentarse fallos continuos del sistema producido por insuficiencia del sistema por incremento
del caudal a evacuar, que se supera con la adicción de nuevas áreas de infiltración; en otros casos,
puede ser debido a construcción deficiente del sistema o alteraciones del subsuelo durante la
construcción, que puede atenuarse aplicando la carga hidráulica por dosis en lugar de mantener la
distribución por gravedad, y en última instancia, mediante ta reconstrucción de los tramos
afectados o sustitución de estos por nuevas áreas de infiltración. Si el sistema «cumula muchos
años de servicio antes de mostrar un fallo, hay que buscar las causas de este en posible
sobrecargas hidráulicas, falta de mantenimiento del tanque séptico o por cambios en las
características del agua, tales como incremento en el contenido de sólidos suspendidos y grasas.
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