Es el método más simple y que se emplea con mayor frecuencia. El agua se deja fluir
directamente del tanque séptico al sistema de infiltración, en el que según se forma la capa
sellante sobre el fondo de la zanja, se prolonga la longitud que ocupa el flujo buscando
superficies de mayor velocidad de infiltración. Con el tiempo, al sellarse los poros del fondo de la
zanja, comienza la acumulación del agua en esta, utilizando las paredes como superficies de
infiltración.
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